No hay que ser un especialista para darse cuenta que los Stones y los Beatles realmente sonaban diferente, y que sin duda fueron dos escuelas de doctrinas diametralmente distintivas entre sí, desde que a la par comandaron la poderosa fragata inglesa del Rock And Roll en los años 60s. Sin embargo, la influencia a todo nivel que entre ambas bandas se dio, causó, obviamente, que en casos particulares, haya canciones de unos que guarden gran reminiscencia con ciertas maneras musicales muy presentes en el estilo de los otros. Y esto es lo más normal del mundo, teniendo en cuenta lo grandes amigos y colegas musicales que eran, al punto de que –por nombrar solo un botón- era costumbre que se visitasen con reciprocidad en sus sesiones de grabación. Entonces, que no te extrañe cuando escuches alguno de estos temitas de los Rolling que te voy a mostrar y notes lo perfecto que encajarían si, por algún capricho del destino, figuraran interpretados por los de Liverpool en alguno de sus magistrales discos.
1.The Rolling Stones – You better move on (December´s Children, 1965)
De esas primeras baladitas adolescentes que tan bien lograron llevar a cabo Lennon y McCartney en sus inicios, los Stones también las hicieron y ¡vaya de qué manera!
2. The Rolling Stones – Connection (Between The Buttons, 1967)
Pegajoso pop con coritos y sección rítmica de locomotora, a medio camino entre Paperback Writer y Run For Your Life.
3. The Rolling Stones – Sing this all together (Their Satanic Majesties Request, 1967)
Vuestras majestades satánicas como si también hubiesen ido de camping con el Maharishi (O con el Tío Charly, en su defecto).
4. The Rolling Stones – Dandelion (Through The Past, Darkly: Big Hits, Vol. 2, 1969)
Si en un gesto de camaradería, Beatles y Stones hubieran tenido la brillante idea de sacar un split que contara conjuntamente con Penny Lane y esta hermosa pieza, bien podríamos estar hablando, hasta el día de hoy, del más exitoso parto de espléndidas mellizas barrócas.
5. The Rolling Stones – You can´t always get what you want (Let It Bleed, 1969)
La apoteosis máxima y el clímax sentimental del incierto final de una década de ensueño que para una generación representó Hey Jude, qué duda cabe, causa, tiene su ideal paralelo en este himno stoniano de inconmensurable preciosismo musical y magistral composición lírica. De solo evocar ambas obras maestras, me da ganas de oírlas una y otra vez, solito en mi buhardilla en compañía de una petaca.