Cuando me siento demasiado establecida y segura, me invade de pronto la sospecha de pensar que tal vez tanta seguridad, tanta certeza, no es lo que parece… y la verdad, que no sé ustedes, pero yo, en ese breve instante de suspicacia, empiezo a hacerme preguntas, muchas preguntas que hacen que retorne a algún punto inicial de mi pasado, hoy ya muy lejano e inexistente. Recuerdos y suposiciones sobre lo que fue y no prosperó, o lo que prosperó de una manera que jamás me hubiese esperado. Me observo a lo largo del tiempo y compruebo que no soy una sola. Que he sido demasiadas Vickys (algunas, jaja, imposibles de creer) y como no todas viven para contarlo, les hago mi respectivo homenaje y las evoco a través de aquellas canciones que parecen, te juro, estar debajo de mi piel en este momento.
1.Carole King – So far away (Tapestry, 1971)
Carole King es una de mis cantautoras favoritas, y recuerdo claramente como me sentía identificada con esta canción en ese tramo inicial de los noventas en que muchas de mis amistades migraron al extranjero, hastiadas por la gran inestabilidad política y económica que embargaba al país. ¡Si te contara cuan nítidas en mi retina tengo tantas de esas horribles despedidas en el aeropuerto….!
2.Litto Nebbia – Niñez (Cosas Que No Quieren Morir,1976)
Cuando observo juguetear a mi sobrina Alondra, retorno inevitablemente a esa idéntica frescura y sorpresa que ella tiene, ahora que es pequeñita, con cada descubrimiento que le otorga la vida. Me veo en ella y hago una pausita, para absorber un poco de ese aire infantil, que una vez también fue mío, tal como lo describe Litto Nebbia en este hermoso tema.
3.Rafo Ráez Y Los Paranoias – Siempre se te extraña aquí (Chaski Changes, 2006)
¡Ay Rafo Ráez! Si tú supieras de que manera grafica esta canción a mi mami, a un año de cumplirse su partida. Su almita de chirimoya de mi viejita linda, siempre estará conmigo.
4.Ruth Brown – So Long (Single, 1949)
Hay amores interrumpidos muy dolorosamente por el propio transcurso de la vida, porque quizás, teníamos que crecer en direcciones opuestas. Y a esos amores, mientras sigamos con vida –como divinamente canta esta diva de ébano- les queda chico el chau definitivo, pues tú y yo sabemos que, de hecho, vamos a volver a encontrarnos.
5.Spinetta-Jade – ¿No ves que ya no somos chiquitos? (Madre En Años Luz, 1984)
Así es cuando de pronto te das cuenta que la única que responde por sus actos es una sola, y que la ciudad no cesará nunca de empujarte. Tenía 24 cuando escuché esta canción y deje de sentirme la princesita engreída de la casa. Qué va…. La calle no tiene engreídas.
6. Wings – The note you never wrote (Wings At The Speed Of Sound, 1976)
Siempre me acordaré de Gary, un inglés recontra lindo que llegó de intercambio a mi universidad. Era encantador y para ser todavía más atractivo a mis ojos, tenía un parche de los Wings en su mochila. Hacía mucho tiempo que yo ya era fanática de esta, la segunda banda de Paul McCartney, y estoy segura de que si le hubiera contado de esto a Gary, hubiéramos agarrado harta afinidad. Desafortunadamente, mi inglés no era el mejor por aquel entonces y me ganó el roche y nunca le hablé. Mucho menos le entregué la cursi carta que le había escrito, inspirada en este tema de la mencionada agrupación, que hasta el día de hoy cada vez que lo escucho me sigue generando la misma sensación de impotencia por haber sido tan boba. Es que si hubiera sido la que soy ahora, ¡de todas maneras me lo chapaba en una al inglesito!
7.Os Paralamas Do Sucesso – A outra rota (Os Graos, 1991)
Adoro el idioma portugués porque es sensual y bonito, pero cuando habla de desamor, sencillamente me hace yaya en el corazón, y precisamente esta canción de Os Paralamas, me hace acordar a la única vez que yo he mandado al desvío a un caballero de buen corazón. ¿La razón? Me propuso matrimonio y yo no me sentía preparada. Hoy – tal como narra la canción- el está en otra ruta y con una familia numerosa. Te mentiría si te digo que no me cuestiono hasta hoy el haber declinado su oferta. Podría estar viviendo a cuerpo de reina en Colombia.
8. Luis Salinas – Santa Cruz ( Salinas, 1997)
No sé que tiene la forma de tocar la guitarra de este gordito, que me transporta de inmediato a mi hogar. Puedo estar donde sea, pero basta que suene una canción de Luis Salinas y necesito dejarlo todo y volver con los míos. Empiezo a acordarme de cada uno de mis familiares y necesito saber, de inmediato, si están bien.
9. El Carreta Jorge Pérez – Tres canciones (“Al Fondo Hay Sitio”, 2003)
La música criolla para mí representa identidad y principios, y en sus canciones encuentro, usualmente, una manera muy digna de narrar la vida. El Carreta Jorge Pérez, uno de sus representantes que yo más admiro, por su longevidad y carisma, me conmueve con este tema que bien podría llamarse también “Tres edades”, pues genera en mí una nostalgia prematura por lo que irá a acontecerme cuando ya se me empiece a caer todo y mi humor oscile entre lloriqueos y carajeadas. ¡Dignidad ante todo, Vicky!
10. Seru Giran – Llorando en el espejo (Peperina, 1981)
Todo lo que dice Charly García en este tema inmortal, me lleva de regreso a mis mejores noches de juerga e intensísima amistad al filo de la navaja. A mí todavía me tienen aquí, bien de salud, porque siempre he hecho deporte, pero, la verdad…. ¡cuántos de mis chocheras hoy ya no están para contarla! De verdad que se me hace un nudo en la garganta cada vez que suena esta canción en mi equipo de sonido.