Lo que más me gusta es la experimentación y la investigación. Me divierte mucho buscar información sobre lo que me interesa y luego ir probando distintas maneras de representarlo. Las pruebas de taller es algo que cada vez me interesa más, ahí salen muchas veces piezas que no son definitivas, pero que son puentes que te llevan a otras partes que desconocías de tu propio trabajo. Tus proyectos, cargados de misticismo, desafían los límites establecidos, por el corte clásico que tiene Lima, propuestas orientadas a juegos de percepción
Cuando regresé hace dos años y algo de España, vine con un tipo de trabajo con un planteamiento minimalista, instalativo y con medios como el sonido, cosas que tal vez eran más comunes de ver en Europa. No puedo decir que no hubiese ese tipo de trabajo acá; enfocados en otros temas, algunos compañeros tenían trabajos que rondaban esa búsqueda. Lo que sí es interesante es que se ve cada vez más que los artistas jóvenes de aquí utilizan múltiples medios para desarrollar sus proyectos, sin miedo ni prejuicio. Es bueno llegar a ese punto en el que el medio no sea el atractivo del trabajo en sí, si no que sea la manera más interesante de abordar un tema.
La galería la abrimos Katherinne Fiedler y yo en Barcelona en el 2009, y duró dos años. Era un local que alquilamos como taller en el casco antiguo de la ciudad y como nos sobraba un poco de espacio, se nos ocurrió destinarlo a proyectos de amigos artistas que nos interesaban. Siempre fue un espacio de exhibición y experimentación más que una galería.
Lo que mostrábamos eran versiones reducidas de proyectos de amigos artistas peruanos y españoles, muestras individuales y colectivas, incluso recuerdo con cariño una muestra de videoarte peruano que mostramos en una mini sala para dos personas hecha con dos tablones de madera y una tela negra, que tenía trabajos de artistas como Luz María Bedoya, Maya Watanabe, Gloria Arteaga, Angie Bonino, etc y que fue parte del festival Loop de videoarte Barcelonés. También armábamos micro conciertos cuando hacíamos eventos los fines de semana durante todo el día. Invitábamos a gente a que pase por un vermut, conversar, ver la muestra y armábamos horarios para alguna performance y conciertos.
El mercado del arte contemporáneo ha cambiado radicalmente en pocos años. Mucho de eso se debe a las nuevas propuestas de galerías como 80m2
Ser artista de 80m2 me da total libertad en mi trabajo. Nunca se me ha pedido que trabaje orientado a términos más comerciales, ni nada. Aceptan y valoran mis propuestas, como cualquier galería seria y que trabaje con arte contemporáneo debería hacer. El ambiente dentro de la galería también es agradable. El equipo entero y Livia son muy buena onda.
No sé, armar una colección es bastante personal y yo tengo bastantes tipos de trabajo. Depende de cada coleccionista (o de sus asesores que lo conocen), ver qué es lo que le interesa.
Estoy por viajar a Europa en agosto porque me invitaron a formar parte de un workshop en el museo Paul Klee de Berna, llamado Sommerakademie, bajo la tutela del curador Raimundas Malasauskas. Es posible que se haga una muestra colectiva acá durante el tiempo que esté de viaje y mi pieza se irá armando conforme vaya enviando cosas desde fuera. A finales de este año se está organizando una muestra colectiva en 80m2. A principios del 2015 tendré una muestra en la Sala Miró Quesada, y estoy a la espera de confirmar otros proyectos como artista y otros como organizador, pero ya te iré contando cuando lo sepa seguro.